Traducción de Jorge Fondebrider
Figura clave de las vanguardias literarias de principio de siglo, conocido principalmente por sus poemas visuales o caligramas escritos en las trincheras de la primera guerra mundial, Guillaume Apollinaire incursionó también, con el mismo espíritu experimental que marca toda su obra, en el teatro. Drama surrealista, como la bautizó el mismo Apollinaire en lo que representa la primera aparición de este término de larga descendencia, Las tetas de Tiresias se sirve del mítico adivino tebano para contar una historia disparatada, llena de equívocos y doble sentido. Estrenada en 1917, un año antes de la muerte de su autor y todavía en plena guerra, la obra constituye un alegato pacifista y a favor de las mujeres; pero su fuerza reside, antes que nada, en la magistral utilización del absurdo y el humor. La presente es la primera publicación de esta obra en la Argentina, vertida al castellano por Jorge Fondebrider en una traducción que conserva toda la fuerza del original.
ESCENA ÚNICA
EL DIRECTOR DE LA COMPAÑÍA
Aquí estoy otra vez entre ustedes
Volví a encontrar a mi ardiente compañía
También volví a encontrar un escenario
Pero volví a encontrar con dolor
El arte teatral sin grandeza sin virtud
Que mataba las largas noches de antes de la guerra
Arte calumniador y deletéreo
Que mostraba el pecado no el redentor
Después vino el tiempo de hombres
Hice la guerra como todos
(...)
APAGAN LAS ESTRELLAS A CAÑONAZOS
Las estrellas morían en ese bello cielo de otoño
Como la memoria se apaga en el cerebro
De esos pobres viejos que tratan de recordar
Allí estábamos muriendo la muerte de las estrellas
Y en el frente tenebroso con lívidos resplandores
Ya no sabíamos qué decir con desesperación.
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