lunes, 22 de noviembre de 2010

Gog y Magog en Rosario

Estuvimos en Rosario el viernes 19, presentando los libros de Osvaldo Aguirre, Aloz Ihan y Primosz Cucnik. Acá van algunas fotos


Osvaldo Aguirre lee poemas de Tierra en el aire



Aloz Ihan leyendo de La moneda de plata


Durante la lectura



Diego Rebella, que vino desde Montevideo, toca algunas canciones



Bocha de libros

Fue en Mar del Plata





Algunas imágenes del Festi costero más pulenta.

jueves, 18 de noviembre de 2010

La presentación en imágenes coloridas
















Fue en el Archibrazo el 17 de noviembre.
















Presentamos 11 títulos de 2010.
















Arrancaron las lecturas.























Judith Filc.

















Gerardo Jorge leyó a Ales Debeliak.

















Alojz Ihan y Mojca Jesenovec.

















Natalia Fortuny.

















Osvaldo Aguirre.
























Julia Sarachu leyó a Svetlana Makarovic.


















Primoz Cucnik y Vanina Colagiovanni

















Juan Desiderio leyó a Apollinaire.
























Florencia Minici.
























Eduardo Ainbinder leyó a Philip Larkin.

















Mario Ortiz.
















La música de Antolín.
















Bar y Vero en la mesa. Gracias, chicas.
















Gracias a todos por venir!

el viernes en Rosario!



miércoles, 17 de noviembre de 2010

Uno de Mario Ortiz

De El libro de las formas que se hunden, Gog y Magog, 2010.



Entonces digamos

que los barcos se llaman entre sí:

esa es una de las primeras leyes que respetan

al traspasar las delgadas membranillas porosas

que separan al agua del lenguaje

otros son los principios de química lingüística

que se agitan en el batido de aletas y mitocondrias

Un sentido se une a otro por sus cargas de valencia

y la palabra "barco" atrajo a otras

que entran al texto todavía mojadas

sacudiéndose la sal.

Basta exponer al aire del poema una ramita de tamarisco

para que una bandada de gaviotas se le adhiera

con un fondo de playa y graznen

Basta agitarla con levedad

para que la rama salpique plumitas en todas direcciones

y termine de formarse el mundo

donde todo es líquido

como en el principio de todas las historias

el sentido es el ritmo

éste es el primer motivo para trabajar

¿me entendés?

y el ritmo llama a los grumos de significado escandido

¿entendés esto también?

ahora entonces el verso en modo cantabile


martes, 16 de noviembre de 2010

viernes, 12 de noviembre de 2010

¿Qué estás leyendo?

















En este momento, me encuentro leyendo Blanco Nocturno, de Ricardo Piglia.

Es una novela extraordinaria, que juega con el género corriéndose constantemente de las reglas que éste impone. Para los amantes del policial (y cuando digo amantes quiero decir que nos vemos atrapados tanto por Raymond Chandler como por Ross Mcdonald, Stieg Larsson y hasta Michael Connelly) es siempre un placer cuando un gran autor juega ese juego.

Por otro lado, creo que en la literatura argentina, los pueblos son en sí mismos protagonistas. Tienen un poder de generación de mundo tal que hasta lo más improbable (como el hecho de que un puertorriqueño educado en Estados Unidos aterrice en las pampas argentinas persiguiendo a dos gemelas de fortuna) sea verosímil.

Y después, una vez que todo está planteado, sólo resta disfrutar de Emilio Renzi, gran personaje.


Solana Landaburu nació en Buenos Aires. En Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA), dramaturga y directora de teatro. Estudió con Marcelo Bertuccio, Mauricio Kartun y Diego Kogan.

Escribió, entre otras cosas, Los fines últimos exceden a todos y cada uno de los miembros de esta organización, Oeste. La gente tiene cosas en la cabeza. En la actualidad se encuentra escribiendo Picnic 1955 sobre idea y dirección de Diego Kogan.

Escribió y dirige la obra actualmente en cartel:“Yo no miento y así me va”

Con: Clara Cardinal, José Luis García Taboada, Daniel Ibarra, José María Mecozzi y Laura Ormando.

Entrenamiento actoral y colaboración artística: Mónica Marini

Escenografía y vestuario: Vanesa Gamarra y María Lucinda Olivares

Dramaturgia y dirección: Solana Landaburu

Teatro Payró, San Martín 766

Sábados de noviembre a las 21 horas.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Uno de Ihan


Comedero de pájaros

En invierno pones en el jardín un comedero
de pájaros y observas que lo atiborran sólo
los grandes y los fuertes, que a los más débiles
no los dejan ni acercarse. Así que pones
en el comedero más alimento, para que haya bastante
para todos, pero los pájaros chicos siguen
hambreando, caen en la nieve y mueren.
Luego haces más comederos, pero los grandes
pájaros se reparten uno para cada uno y
ahuyentan a los pájaros chicos. Eso te enfurece
y cada vez que ves un pájaro grande, intentas
ahuyentarlo, pero primero salen volando los pájaros chicos
asustados, y luego toma más tiempo
que se atrevan a volver. Al final
harto de todo, tomas una escopeta y
empiezas a dispararles a los pájaros grandes. Pronto
no hay más, pero los intermedios se vuelven malignos;
los comederos van quedando vacíos, los pájaros
los evitan, te parece
que no hay vuelta atrás. Un buen día
recuerdas que al fin y al cabo sólo
querías alimentar a los pájaros.

Ihan

lunes, 8 de noviembre de 2010

Un poema de Svetlana Makarovic

La niña maldita de los balcanes publica su último libro: Mujer ajenjo en Gog y Magog, 2010.


La aguja

Camina camina la aguja silenciosa

ligera, con pasos minúsculos de acá para allá,

cose con apenas visible hilo

uno con el otro.

Que siga cosiendo, que siga cosiendo

a mí con vos, a vos con él,

cuanto más densa es la costura,

menos palabras pronuncio.

Pincha, tira, tensa

delgado, filoso, hilo ardiente,

cuando te das cuenta, ya es demasiado tarde,

con mil puntadas estás cosido.

Garganta con garganta, la tuya con la mía,

cada vez más denso, cada vez más fuerza,

la piel se injerta en otra piel,

cada vez más apretado, cada vez más cálido.

Junta las mejillas, las espaldas,

los pechos, los miembros sudados,

ya siento tu aliento de odio,

ya no podés apartarte de mí.

Qué es mío, qué es tuyo,

apuntás con la piedra entre mis ojos –

la aguja se apura, pincha la palma,

que se afloja y la deja caer.

Lo que fue anudado,

no se puede desatar

y lo que fue arrugado,

nunca más se alisa.

A uno se le corta el aliento

y presiente y reconoce.

El camino se revela solo.

Es un camino para uno solo.

Se estremece con fuerza, se lanza,

arranca la piel de los huesos,

se levanta entre los harapos del cuerpo

y se pierde en la oscuridad.

Allá en lo desconocido. Allá en lo alto.

Fue y es y será.

Allá en lo infinito. Allá único.

Esa estrella sobre la montaña.


domingo, 7 de noviembre de 2010

Un poema de Ales Debeljiak

Del libro Las odas inacabadas, próximamente en Gog y Magog.


REVELACIÓN DE LECHE

No es muy cómodo apoyarse en el borde de la fuente.

Pero la paz que exige el niño que llora tiene que

encontrarse en todas partes. Esta es la ley primera. Incluso ahora.

Por ello: el niño se adormece en los pechos de su madre, de vez en

cuando mama un poco al hundirse tranquilo en sus sueños.

En el vacío de entre las casas de la plaza vuelve a

aparecer el mar. El meñique de la madre se desliza, suave,

hasta el rincón de la boca para interrumpir la filtración de leche.

Una fortaleza en Istria murmura, de la piedra un tronco revive,

más fuerte que el anhelo a ella con sus raíces agarrado.

Se mueve la lengua. Probar quisiera, dice la suspirante voz,

empapada de deseo que no quiere aceptar el monopolio

sobre la cosa, y débil tiembla, como si no perteneciese

al padre del niño. Se acerca y se pone de

rodillas con naturalidad y perplejo mira la sabiduría

de los senos y los pezones que apagados brillan,

tensos como aceitunas antes de ser exprimidas. Rodeados

de poco vello como una luz apenas perceptible que por un momento

se divisa al final y al principio del túnel al que te vas a dirigir solo.

Cálido, inasequible hasta el instante anterior al último suspiro

y tan aireado que te rindes fácilmente y desaparecen

todos los caminos que has dejado en tus amigos y en los libros.

Cada gota reconoces tuya cuando la mujer encima de ti

levanta el fruto hinchado, te lo acerca a la boca y detiene el tiempo.


martes, 2 de noviembre de 2010

Un poema de Osvaldo Aguirre

De La tierra en el aire, Gog y Magog, 2010.



AHORA recuerdo,
dice, y al revés
lo llama derecho.

Agosto es lo mismo
que enero,
y los diálogos
en la mesa, la ronda
y las cuentas en el patio
suenan como el viento,
su silbido en la copa
de las casuarinas,
el silencio.

Veo,
ahora veo,
dice, y confunde
sombras con cuerpos.



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