martes, 21 de diciembre de 2010
Uno de Mauro Lo Coco
5. Nosotros con chapas hacíamos cualquier cosa
con chapas
ahora no podemos
sabés que extraño las cosas que hacíamos
cantábamos, creo
es increíble
cantábamos y andábamos en eso
ninguno volvió a agarrar una chapa
estoy seguro
hoy iba a laburar y vi un volquete
había para elegir
pero para qué quiero una chapa ahora
de puro gusto
Mauro Lo Coco (Niño Cacharro, Zindo and Gafuri, 2010)
lunes, 20 de diciembre de 2010
lunes, 13 de diciembre de 2010
Compraste ya los regalitos para estas fiestas?

10 títulos por 150 pesos.
4 títulos por 70 pesos.
- Ventanas altas, Philip Larkin
- Las tetas de Tiresias, Guillaume Apollinaire
- El libro de las formas que se hunden, Mario Ortiz
- Resquicios, Judith Filc
- Tierra en el aire, Osvaldo Aguirre
- Ventanas nuevas, Primoz Cucnik
- La construcción, Natalia Fortuny
- La moneda de plata, Alojz Ihan
- Las atracciones, Florencia Minici
- Mujer ajenjo, Svetlana Makarovic
- Las odas inacabadas, Ales Debeliak
- La Tirana/Los Sea Harrier, Diego Maquieira
- Camino de vacas, José Villa
- Rosario, Alejandro Rubio
- Un catálogo de todo lo que hay, Paz Levinson
- Paniagua, Martín Rodríguez
- hacer sapito, Verónica Viola Fisher
- Prendas, Carlos Godoy
- Las bellezas del lobo, Julia Sarachu
-El Maldonado, Miguel Angel Petrecca
-La casa de la abeja, Laura Lobov
-Las cosas a descansar, Laura Lobov
-Trilogía Sacra, Juan Desiderio
-Sala de espera, Vanina Colagiovanni
Para hacer el pedido escribir a info@gogymagog.com
lunes, 6 de diciembre de 2010
Festival en la calle por Almagro
jueves, 2 de diciembre de 2010
Balada de la mujer del mercader

Balada de la mujer del mercader
Con el pelo todavía sin cortar sobre la frente
pasaba el tiempo delante del portón, recogiendo flores.
Vos venías montado en un caballito de bambú,
y jugábamos con las ciruelas alrededor del pozo.
Así crecimos juntos en el pueblo de Chang Gan,
dos niños sin ningún recelo ni malicia.
A los catorce años me convertí en tu mujer,
pero en mi cara, a causa del pudor, nunca apareció una sonrisa.
Miraba cabizbaja hacia un rincón oscuro,
me llamabas mil veces y ni una respondía.
A los quince al fin me entregué totalmente:
quería que mis cenizas se mezclaran para siempre con las tuyas,
unidos uno al otro por un nudo irrompible.
A los dieciséis te fuiste lejos de acá,
hacia los barrancos de las Tres Gargantas
donde los botes naufragan contra las rocas
y los gritos de los monos resuenan tristes.
Las huellas que dejaste en el suelo al despedirte
frente al portón están cubiertas de musgo:
el musgo es profundo, no puedo eliminarlo.
Caen las hojas, llega temprano el otoño,
las mariposas de agosto vuelan en pareja,
amarillas, sobre el pasto al oeste del jardín.
Ver esto me hace sentir más desgraciada,
y temo que mi belleza por tanta pena se marchite.
Tarde o temprano vas a volver de Sanba:
no te olvides de enviar una carta para avisarme.
Sería capaz de caminar mil km para recibirte.
Li Po
Traducción M.Petrecca
lunes, 22 de noviembre de 2010
Gog y Magog en Rosario
Osvaldo Aguirre lee poemas de Tierra en el aire
Aloz Ihan leyendo de La moneda de plata
Durante la lectura
Diego Rebella, que vino desde Montevideo, toca algunas canciones
Bocha de libros
jueves, 18 de noviembre de 2010
La presentación en imágenes coloridas

Fue en el Archibrazo el 17 de noviembre.

Presentamos 11 títulos de 2010.

Arrancaron las lecturas.

Judith Filc.

Gerardo Jorge leyó a Ales Debeliak.

Alojz Ihan y Mojca Jesenovec.

Natalia Fortuny.

Osvaldo Aguirre.

Julia Sarachu leyó a Svetlana Makarovic.

Primoz Cucnik y Vanina Colagiovanni

Juan Desiderio leyó a Apollinaire.

Florencia Minici.

Eduardo Ainbinder leyó a Philip Larkin.

Mario Ortiz.

La música de Antolín.

Bar y Vero en la mesa. Gracias, chicas.

Gracias a todos por venir!
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Uno de Mario Ortiz
Entonces digamos
que los barcos se llaman entre sí:
esa es una de las primeras leyes que respetan
al traspasar las delgadas membranillas porosas
que separan al agua del lenguaje
otros son los principios de química lingüística
que se agitan en el batido de aletas y mitocondrias
Un sentido se une a otro por sus cargas de valencia
y la palabra "barco" atrajo a otras
que entran al texto todavía mojadas
sacudiéndose la sal.
Basta exponer al aire del poema una ramita de tamarisco
para que una bandada de gaviotas se le adhiera
con un fondo de playa y graznen
Basta agitarla con levedad
para que la rama salpique plumitas en todas direcciones
y termine de formarse el mundo
donde todo es líquido
como en el principio de todas las historias
el sentido es el ritmo
éste es el primer motivo para trabajar
¿me entendés?
sí
y el ritmo llama a los grumos de significado escandido
¿entendés esto también?
sí
ahora entonces el verso en modo cantabile
martes, 16 de noviembre de 2010
viernes, 12 de noviembre de 2010
¿Qué estás leyendo?

En este momento, me encuentro leyendo Blanco Nocturno, de Ricardo Piglia.
Es una novela extraordinaria, que juega con el género corriéndose constantemente de las reglas que éste impone. Para los amantes del policial (y cuando digo amantes quiero decir que nos vemos atrapados tanto por Raymond Chandler como por Ross Mcdonald, Stieg Larsson y hasta Michael Connelly) es siempre un placer cuando un gran autor juega ese juego.
Por otro lado, creo que en la literatura argentina, los pueblos son en sí mismos protagonistas. Tienen un poder de generación de mundo tal que hasta lo más improbable (como el hecho de que un puertorriqueño educado en Estados Unidos aterrice en las pampas argentinas persiguiendo a dos gemelas de fortuna) sea verosímil.
Y después, una vez que todo está planteado, sólo resta disfrutar de Emilio Renzi, gran personaje.
Solana Landaburu nació en Buenos Aires. En Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA), dramaturga y directora de teatro. Estudió con Marcelo Bertuccio, Mauricio Kartun y Diego Kogan.
Escribió, entre otras cosas, Los fines últimos exceden a todos y cada uno de los miembros de esta organización, Oeste. La gente tiene cosas en la cabeza. En la actualidad se encuentra escribiendo Picnic 1955 sobre idea y dirección de Diego Kogan.
Escribió y dirige la obra actualmente en cartel:“Yo no miento y así me va”
Con: Clara Cardinal, José Luis García Taboada, Daniel Ibarra, José María Mecozzi y Laura Ormando.
Entrenamiento actoral y colaboración artística: Mónica Marini
Escenografía y vestuario: Vanesa Gamarra y María Lucinda Olivares
Dramaturgia y dirección: Solana Landaburu
Teatro Payró, San Martín 766
Sábados de noviembre a las 21 horas.
jueves, 11 de noviembre de 2010
Uno de Ihan

Comedero de pájaros
En invierno pones en el jardín un comedero
de pájaros y observas que lo atiborran sólo
los grandes y los fuertes, que a los más débiles
no los dejan ni acercarse. Así que pones
en el comedero más alimento, para que haya bastante
para todos, pero los pájaros chicos siguen
hambreando, caen en la nieve y mueren.
Luego haces más comederos, pero los grandes
pájaros se reparten uno para cada uno y
ahuyentan a los pájaros chicos. Eso te enfurece
y cada vez que ves un pájaro grande, intentas
ahuyentarlo, pero primero salen volando los pájaros chicos
asustados, y luego toma más tiempo
que se atrevan a volver. Al final
harto de todo, tomas una escopeta y
empiezas a dispararles a los pájaros grandes. Pronto
no hay más, pero los intermedios se vuelven malignos;
los comederos van quedando vacíos, los pájaros
los evitan, te parece
que no hay vuelta atrás. Un buen día
recuerdas que al fin y al cabo sólo
querías alimentar a los pájaros.
Ihan
lunes, 8 de noviembre de 2010
Un poema de Svetlana Makarovic
La niña maldita de los balcanes publica su último libro: Mujer ajenjo en Gog y Magog, 2010.
La aguja
Camina camina la aguja silenciosa
ligera, con pasos minúsculos de acá para allá,
cose con apenas visible hilo
uno con el otro.
Que siga cosiendo, que siga cosiendo
a mí con vos, a vos con él,
cuanto más densa es la costura,
menos palabras pronuncio.
Pincha, tira, tensa
delgado, filoso, hilo ardiente,
cuando te das cuenta, ya es demasiado tarde,
con mil puntadas estás cosido.
Garganta con garganta, la tuya con la mía,
cada vez más denso, cada vez más fuerza,
la piel se injerta en otra piel,
cada vez más apretado, cada vez más cálido.
Junta las mejillas, las espaldas,
los pechos, los miembros sudados,
ya siento tu aliento de odio,
ya no podés apartarte de mí.
Qué es mío, qué es tuyo,
apuntás con la piedra entre mis ojos –
la aguja se apura, pincha la palma,
que se afloja y la deja caer.
Lo que fue anudado,
no se puede desatar
y lo que fue arrugado,
nunca más se alisa.
A uno se le corta el aliento
y presiente y reconoce.
El camino se revela solo.
Es un camino para uno solo.
Se estremece con fuerza, se lanza,
arranca la piel de los huesos,
se levanta entre los harapos del cuerpo
y se pierde en la oscuridad.
Allá en lo desconocido. Allá en lo alto.
Fue y es y será.
Allá en lo infinito. Allá único.
Esa estrella sobre la montaña.
domingo, 7 de noviembre de 2010
Un poema de Ales Debeljiak
Del libro Las odas inacabadas, próximamente en Gog y Magog.
REVELACIÓN DE LECHE
No es muy cómodo apoyarse en el borde de la fuente.
Pero la paz que exige el niño que llora tiene que
encontrarse en todas partes. Esta es la ley primera. Incluso ahora.
Por ello: el niño se adormece en los pechos de su madre, de vez en
cuando mama un poco al hundirse tranquilo en sus sueños.
En el vacío de entre las casas de la plaza vuelve a
aparecer el mar. El meñique de la madre se desliza, suave,
hasta el rincón de la boca para interrumpir la filtración de leche.
Una fortaleza en Istria murmura, de la piedra un tronco revive,
más fuerte que el anhelo a ella con sus raíces agarrado.
Se mueve la lengua. Probar quisiera, dice la suspirante voz,
empapada de deseo que no quiere aceptar el monopolio
sobre la cosa, y débil tiembla, como si no perteneciese
al padre del niño. Se acerca y se pone de
rodillas con naturalidad y perplejo mira la sabiduría
de los senos y los pezones que apagados brillan,
tensos como aceitunas antes de ser exprimidas. Rodeados
de poco vello como una luz apenas perceptible que por un momento
se divisa al final y al principio del túnel al que te vas a dirigir solo.
Cálido, inasequible hasta el instante anterior al último suspiro
y tan aireado que te rindes fácilmente y desaparecen
todos los caminos que has dejado en tus amigos y en los libros.
Cada gota reconoces tuya cuando la mujer encima de ti
levanta el fruto hinchado, te lo acerca a la boca y detiene el tiempo.
martes, 2 de noviembre de 2010
Un poema de Osvaldo Aguirre
AHORA recuerdo,
dice, y al revés
lo llama derecho.
Agosto es lo mismo
que enero,
y los diálogos
en la mesa, la ronda
y las cuentas en el patio
suenan como el viento,
su silbido en la copa
de las casuarinas,
el silencio.
Veo,
ahora veo,
dice, y confunde
sombras con cuerpos.

domingo, 31 de octubre de 2010
poesía argentina en el raval
sábado, 30 de octubre de 2010
Un poema de Florencia Minici
Sexo sin amor entre caracoles hermafroditas
A tres milímetros de tus ojos
lo veo: es el Dardo del Amor,
y en esta maceta, quisiera esconderme;
sin embargo doy vueltas, una y otra vez
hasta el lugar de donde partí,
en donde me encuentro ahora
frente a frente con tu protuberancia calcárea.
Entonces, nada queda por hacer;
salvo convertirnos en dos amantes
para que después
yo esconda la cabeza en la tierra
y expulse huevitos blancos.
Pero debo admitirlo:
tengo miedo por el futuro de los chicos.
Quizás no pueda
darles la humedad suficiente, ni taparlos pacientemente
con tierra; y así
no sobrevivirían al cuarto día.
Me imagino los órganos internos, transparentados
por estructuras nacaradas.
El mayor se llamará Theo,
el del medio Jacobo,
la menor, Teresa.
Para los demás, que serían
unos setenta y tres aproximadamente,
no tengo todavía un nombre,
y quizás nunca lo tenga.
Nunca les escriba cartas
ni pueda revelarles amor, y tu Dardo
será un misterio para ellos.
Estoy delirando, ya sé.
Después de todo soy una chica superficial,
perdida en mundos posibles.
Creo que podés perdonarme, y eso es todo. Mañana
te espero, nos encontramos.
Ya falta poco...

...para la llegada de los nuevos títulos!
lunes, 25 de octubre de 2010
Latinale 2010
jueves, 21 de octubre de 2010
Ventanas altas
Cuando veo una parejita e imagino
que él se la coge y ella toma
píldoras o usa un diafragma,
sé que es ese el paraíso
que todo viejo soñó la vida entera:
ataduras y prejuicios desechados
como una cosechadora obsoleta, y los jóvenes
deslizándose sín límites, ladera abajo,
hacia la felicidad. Me pregunto si
cuarenta años atrás, mirándome, alguien
habrá pensado: Eso es vida;
nada de Dios, ni de sudar de noche
pensando en el infierno, ni de ocultar
lo que opinas del pastor. Ese y sus
amigos se deslizarán, maldita sea,
libres como pájaros. Y de inmediato,
más que en palabras, pienso en ventanas altas:
el cristal en donde cabe el sol y, más allá,
el hondo aire azul, que nada muestra,
y no está en ninguna parte, y es interminable.
(traducción de Marcelo Cohen)